jueves, 5 de mayo de 2016

GALAXIA X-9 PLANETA .APU,

http://ovniencuentrocercano.blogspot.com/2013/02/170-horas-con-extraterrestres-libro_4120.html
Nave Precolombina de la cultura Quimbaya (Colombia) también conocidos como aviones precolombinos, antiguamente llamados Pájaros de Otún) son figuras de oro y bronce propios de la cultura Quimbaya que datan de alrededor del 1000 d. C














"Un día, una nave apuniana descendió a la superficie terrestre. La Tierra en aquel entonceshabía perdido todas las condiciones de vida que había poseído cuando era parte de su planeta madre, Apu, antes de la explosión, pero como tenía una extensión regular y estaba iluminada por la luz del Sol, los apunianos decidieron poblarla, para obtener nuevas experiencias en el desarrollo físico, psíquico e intelectual de los seres en un planeta tan cercano a la fenomenal bola de fuego que había originado la destrucción de una inmensidad del espacio. Provocaron lluvias artificiales que bañaron la Tierra durante miles de años, hasta que se formaron los mares, los ríos y la atmósfera.


Luego la sembraron de plantas, personas y animales traídos de Apu; la Tierra, así, quedó poblada y empezó su nueva vida en el espacio. Al principio, a causa de que sus vehículos espaciales apenas alcanzaban la velocidad de la luz, y otros impedimentos, los apunianos visitaban a los terrestres alrededor de cada mil años, y mientras tanto la influencia negativa de los rayos solares distorsionaba el perfecto desarrollo de seres, plantas y animales traídos de Apu a la Tierra.

Los seres vivientes adquirían el egoísmo, y de él provenían todos los demás efectos negativos que degeneraban la perfección que habían tenido sus antepasados cuando vivían en Apu. Así pasaron muchos millones de años.

Los terrícolas habían alcanzado una civilización de conciencia egoísta, donde los seres eran insensibles, duros y crueles, pero bastante avanzados en el aspecto técnico y científico. Habían formado diferentes ideologías en torno de la vida, se dividían en grupos y competían entre sí, haciendo apuestas, en los nuevos descubrimientos científicos, por los que el mejor inventor recibía los valores apostados y además una nueva cantidad de partidarios.

Un día sucedió lo inesperado: dos científicos trabajaban en un laboratorio ubicado en la parte central de la Tierra, esforzándose en descubrir un nuevo combustible de aire para sus máquinas voladoras. Una lamentable equivocación de uno de ellos hizo que la atmósfera se incendiara súbitamente, y todo el planeta quedó envuelto en fuego. Las llamas se extendieron por el espacio y alcanzaron varios satélites naturales que en aquellos tiempos tenía el planeta, quemando también sus superficies. La Tierra quedó sin vida, sin atmósfera y se alejó considerablemente del Sol.

Pasaron miles de años hasta que los apunianos vinieron nuevamente a ella. Utilizando el poder de sus máquinas del tiempo se dieron cuenta de lo que había sucedido y empezaron otra vez el poblamiento. Bañaron la Tierra con lluvias duraderas, hielos y otros procedimientos, hasta que formaron las condiciones necesarias para la vida.

Trajeron nuevamente hombres, plantas y animales, y establecieron la vida en el planeta terrestre por segunda vez. Parecía que el planeta había ocupado una nueva posición respecto del Sol, y que los rayos solares de diferentes combinaciones no lo afectarían tanto en el futuro. Pasaron varios millones de siglos, y la segunda población terrícola había avanzado muchísimo en su civilización.

Los habitantes estaban menos afectados por los rayos solares, pero todavía existía mucha influencia de la enfermedad egolátrica. Los bienes que se producían se repartían sólo entre aquellos que habían participado en su producción, quedando así una enorme cantidad de ciudadanos que no gozaban del usufructo de los bienes, ya acaparados por los productores.

Aquella forma de administración era inadecuada y originó una nueva lucha y competencia técnica, negativa, peligrosa para una vida pacífica. Una noche la Tierra sufrió su segunda catástrofe. Unos químicos que intentaban convertir los iones negativos del espacio en combustible para sus vehículos, y así superar a sus competidores que utilizaban para ello la energía solar en sus naves espaciales, cometieron una equivocación durante los ensayos, y provocaron un desequilibrio en la atmósfera. La Tierra, que hasta entonces había girado alrededor de su eje ecuatorial, empezó a rotar alrededor de su eje Polar.

Los huracanes, tempestades, tormentas, ciclones y torbellinos azotaron la superficie terrestre durante novecientos treinta años, hasta que los apunianos se dieron cuenta de estos trastornos atmosféricos y bombardeándola con iones positivos, la volvieron positiva. 
Luego, provocando tempestades y colosales tormentas, extrajeron agua de mares y océanos, que cubrían toda la superficie terrestre, y la lanzaron por el espacio hasta que la mayor parte del planeta quedó apta para la vida. Pero las tormentas habían eliminado las personas y los animales. Sólo existían algunas especies de plantas capaces de soportar el desastre y que hasta ahora se encuentran en el fondo de los mares".

Fuente: Todo el texto (digitado) del libro Galaxia X-9: Apu, un mundo sin dinero, escrito por Vitko Novi 

—¿Osea, Pedro, que los restos de las obras humanas que se están encontrando en el fondo de los mares y océanos es obra de los apunianos?

                Vitko Novi
—Sí, Ivanka; claro que los hay de diferentes épocas, tanto en el fondo de los mares, como en la superficie de la Tierra; hay obras que los apunianos realizaron antes de la formación de la galaxia solar, o sea antes de la explosión. Hay restos de la civilización terrícola después de que la Tierra fue planeta independiente, antes de la primera catástrofe, en que se quemó la atmósfera. También hay dibujos y obras artísticas en los que los apunianos representaban la vida y las costumbres de otros planetas y galaxias, que encontraban durante sus viajes por el espacio.

Pero la mayor parte de estas obras, objetos y dibujos que se están descubriendo, tanto en los fondos de los mares como en la superficie terrestre, son de la época que mediaba entre el incendio de la atmósfera y las tempestades atmosféricas. Ésa fue una época muy avanzada, en la cual se hizo muchísimos ensayos para diferentes adelantos.

—¿Qué pasó después de arrojar el agua por el espacio?

—Casi lo mismo que después del incendio: secamos una parte de la superficie terrestre y a ella trasladamos nuevos apunianos.

—¿Y por qué dejaron tantos mares? Casi dos terceras partes de la superficie terrestre están cubiertas de agua...

—No quedaron tantos mares en aquel entonces. Los océanos han aumentado después, pero de diferente manera.

—¿Cómo ocurrió eso, Pedro?

—La Tierra, después de separarse de Apu por la explosión causada por el nacimiento del Sol, al igual que Apu, quedó con innumerables grietas, vacíos y fracturas internas, que al saturarse por la humedad o por otras causas, se resquebrajaban provocando temblores. Varias veces la superficie se agrietaba y se hundía en diferentes partes; y las montañas se derrumbaban. Cuando eso ocurrió en los mares, entonces, las aguas empezaban a agitarse violentamente, como si estuvieran hirviendo. Se desbordaban e inundaban las orillas, los campos, y a veces provocaban hundimientos en la superficie terrestre emergida. En épocas pretéritas, así fue como se hundió gran parte de la superficie de la Tierra.

—¿Y cuando eso ocurrió murió mucha gente?

—Así es, Ivanka, murieron las plantas, animales y personas que se encontraban en la parte hundida.

—¿Cuál fue la más grande catástrofe humana provocada por hundimientos, Pedro?

—Fue el hundimiento de la parte de la Tierra que los terrestres llamaron Atlanta, o Atlántida, como la llaman ahora los terrícolas.

—¿En qué parte de la Tierra ocurrió eso?

—En el lugar sobre el que hoy está el Océano Atlántico, y los mares que de él derivan.

—¿Quiere decir que el mar Adriático es también producto de esa catástrofe?

—Sí, Ivanka, así es. Son producto de aquel desastre los mares: Adriático, Egeo, Jónico, Mar de Creta, Tirreno, Mediterráneo, mar de Irlanda, mar de las Antillas, Golfo de México, Bahía de Hudson y tantos otros que pertenecen al Océano Atlántico.

—¿Entonces, antes que ocurriera el desastre no había mares en esa parte de la Tierra?

—No, Ivanka. Antes que ocurriera ese cataclismo, sólo existía lo que ustedes llaman Mar de Barents y el Océano Ártico.

—¿¡Nada más, Pedro!?

—Por ese lado de la Tierra nada más; por ese lugar donde hoy está el Atlántico, como lo llaman los terrícolas, no. Los apunianos habían dejado en el globo terráqueo, después de la segunda catástrofe, de la cual ya hemos hablado, sólo el Océano Pacífico, pero no tan grande como es ahora, porque allí también hubo grandes hundimientos que ocurrieron antes que el de la Atlántida.

—¿Cómo ocurrió eso de la Atlántida? Cuéntamelo, Pedro, ¿quieres?

—Sí, Ivanka, te lo contaré; también lo verás luego por la pantalla de poder máximo, o pantalla del tiempo, según la traducción en idiomas terrestres. ¿Tú sabes qué año es ahora en la Tierra, según el calendario terrestre?

—No te puedo asegurar, Pedro, porque he tenido varias experiencias que me han confundido, pero creo que es 1913.

—Así es, Ivanka, no te has confundido —subrayó el apuniano, sonriendo, luego prosiguió—: Hace ya muchos miles de años que la Tierra sufrió un gran terremoto, como dicen ustedes. En el interior de ella, sobre cuya superficie estaba ubicada la Atl Anta, había un enorme vacío, una grieta que existía desde el nacimiento del Sol. Las aguas de los ríos Atena y Greca, que corrían de norte a sur, a lo largo de Atl Anta, penetraron por una de las grietas al centro del vacío, ocasionando así un catastrófico terremoto.

El planeta terrestre empezó a temblar como un copo de nieve empujado por los vientos. Allí donde es ahora el mar que ustedes llaman Mar de Mármara, se hundió primero una extensión de la superficie. Aquella región de la Tierra no estaba poblada todavía y nadie se dio cuenta de que allí había aparecido una inexplicable depresión, en cuyo fondo se concentraba el agua que llegaba allí de los ríos Atena y Greca, a través de rajaduras internas. Catorce días después, lo mismo ocurría con los lugares cercanos a Mármara, llamados en aquel entonces Egisa y Adris. Estas regiones ya estaban pobladas y la adelantada civilización de la ciudad capital Atlanta, ya había echado las raíces de sus interesantes adelantos.
Fuente: Todo el texto (digitado) del libro Galaxia X-9: Apu, un mundo sin dinero, escrito por Vitko Novi (Año 1976).
—¿Osea, Pedro, que aquella gente era la más adelantada entre los habitantes terrestres?
—Sí, Ivanka. Atlanta era el cuarto campo de aterrizaje, según el idioma de los terrícolas, donde fueron desembarcados los apunianos para poblar la Tierra, después de la última catástrofe, o diluvio, y de allí se derivan todas las razas que hoy conocemos.
—¿Cuáles eran los otros lugares de desembarque, Pedro?
—Los apunianos desembarcaban su gente para poblar la Tierra en varios lugares, pero los principales fueron Atlanta, hoy sumergida, Nazca, hoy Perú, Chichén Itzá, México y Chou—Kou—Tien, hoy China.
Millones de años después de haberla poblado por última vez, regresamos, y encontramos que los hombres de la ciudad de Atlanta habían desarrollado tanto su ciencia, que sorprendían. Conocían varios adelantos que nosotros teníamos en Apu. Esos hombres conocían la forma de concentrar los iones positivos del espacio, practicaban la educación del pensamiento, tenían maquinarias, conocían la fundición de minerales, tenían buques con los cuales pasaban por los mares polares hacia el Océano Pacífico, y construían máquinas voladoras.
—¿Y por qué no tomaron precauciones para salvarse de la catástrofe?
—Cuando apareció el mar en los lugares que te dije, los atlantes se movilizaron, pero todo ocurría tan deprisa que no tenían dónde huir. Trece días después de hundirse Adris y Egisa, se hundió la gran Atlántida, que ocupaba la zona comprendida entre los mares polares, América, Europa y África; de aquel continente sólo quedó una pequeña isla, frente a lo que hoy es Grecia. Los mares polares la cubrieron con sus aguas. En aquel entonces América con sus habitantes quedó separada de Europa y África, y la civilización terrestre perdió una de las más brillantes épocas de su adelanto.
Además de eso, por causas originadas por aquel terremoto, la Tierra sufrió también un cambio en su posición respecto del Sol, y ocupó en el espacio un lugar más negativo para los seres vivientes, lo que estamos corrigiendo con bastante esfuerzo. Hace unos cientos de años que estamos consiguiendo ciertos resultados positivos en la corrección de aquella desviación, y creemos que en unos siglos más, la lograremos significativamente para que los terrícolas se tornen pacíficos y vivan fraternalmente.
—¿Han quedado rastros de aquella civilización en algún lugar de la Tierra, Pedro?
—Sí, Ivanka, existen restos de todas las épocas y culturas, como te dije, pues, han quedado señales del hundimiento de Atl Anta, en Grecia, Egipto y algunos lugares del norte de Europa; pero como están confundidas con las de épocas anteriores y posteriores, es difícil diferenciarlas unas de otras, ya que son similares por proceder de una misma especie (humana). Luego, por la posición negativa que la Tierra había ocupado en el espacio respecto del Sol, los rayos solares negativos detuvieron todos los pensamientos positivos de los hombres, y también destruyeron restos de la Atlántida y otras civilizaciones. Mas de los atlantes ha quedado poco en la superficie. El más importante aspecto de los adelantos de Atlanta yace en las profundidades del Océano Atlántico y sus mares.
—¡Quién pudiera creer que todo eso sucedió con la Tierra! —exclamó Ivanka poniéndose pensativa. Luego prosiguió—: Oye, Pedro, tú dices que los terrestres descendemos de los apunianos, pero algunos científicos afirman que descendemos de animales, ¿cómo es eso?
—Los científicos terrestres, Ivanka, son imanados por los iones positivos que nosotros enviamos, y eso les ayuda para que se inspiren en la realidad, pero hay obstáculos y presiones de ciertas costumbres y tradiciones terrestres que a veces les impiden decir todo lo que captan. Como verás más adelante, cuando apareció la vida de las células, éstas se empezaron a agrupar y organizar en diferentes especies animales, de donde surgió una agrupación celular que formó una especie de ser viviente, única e inconfundible, que, luego de una evolución que duró largo tiempo, que en años se puede expresar con una cifra de uno más quinientos ochenta y tres ceros a su derecha, resultaron ser el hombre y la mujer de hoy... Fue un proceso interesantísimo; pero todo sucedió en Apu; cuando regresemos del campo lo verás en la pantalla del tiempo y entonces te explicaré todos los detalles que sucedieron en Apu al principio de la vida.
—¡Tantos años han pasado desde la última catástrofe terrestre y nosotros aún seguimos siendo atrasados! ¿Por qué, Pedro?
—Hubo varios fenómenos que nos han impedido que ayudemos directamente a los terrestres en su civilización. De esto vamos a tratar más adelante, pero uno de los principales es la influencia negativa del Sol sobre los terrícolas, que los ha vuelto agresivos. Cuando los visitábamos, nos agredían y nos tomaban de esclavos para que les hiciéramos trabajos difíciles con nuestros poderes sobre la materia, que ellos ya habían perdido.
Pasaban cientos de miles de años y nosotros veníamos sólo una o dos veces. Pero cuando Zay perfeccionó la desintegración e integración de la materia, aumentamos nuestra ayuda. Luego la encarnación ha dado un magnifico y eficaz resultado. Pronto los terrestres se tornarán pacifistas, y entonces ellos podrán vivir en Apu y nosotros en la Tierra, según el deseo de cada uno.
—¡Por Dios, Pedro!, ¿cómo sabes tú todo eso? —preguntó Ivanka sobrecogida.
—Nuestras máquinas del tiempo lo dicen. Todos los apunianos lo saben; tú también lo aprenderás, porque tendrás oportunidad de ver en la pantalla todos esos procesos.
Ivanka calló por un instante, asombrada por lo que veía y escuchaba. Se acordó de la sacrificada vida terrestre, en que los seres se "comen" unos a otros para poder seguir viviendo. Se acordó de las palabras que hacía años el pope le había leído de la Biblia, que anunciaban el advenimiento de una vida mejor, más fraternal, amistosa, sin miseria ni explotación, y con amor. Miró a Pedro en los ojos y medio desconfiada de él y de sus palabras le preguntó:
—Pedro, ¿hay en la actualidad apunianos en la Tierra?
—Claro que sí, Ivanka, nosotros estamos desparramados por el espacio para asistir a los que necesitan ayuda, pues éste es nuestro deber, es nuestra innata misión positiva, por la cual se justifica nuestra existencia.
—¿Regresarán a la Tierra los apunianos de que me hablaste antes?
—Sí, Noi ya está en la Tierra hace varios años, encarnado en un terrícola. Posiblemente a mediados del siglo presente se producirá un gran adelanto. Con su ayuda positiva, una región terrestre sufrirá un cambio total y efectivo, admirable. En cuanto a Zay, en la actualidad él está en el planeta Pi. Es posible que alrededor de mediados del siglo veinte se encarne nuevamente en un terrícola, para ayudar al hombre a que salga de la miseria espiritual, si los hombres hasta entonces no se destruyen con el fuego químico producido por ellos, pues en el curso del siglo veintiuno surgirán grandes cambios positivos en la Tierra.
—Pedro —interrumpió Ivanka—, dijiste hace un rato que el planeta terrestre es parte de Apu; dime: ¿los hombres y mujeres fueron llevados a él por ustedes?
—Sí, pero millones de años después de que fue separada de Apu; ustedes terrícolas son parte de nosotros. Ya te dije que la Tierra también ha sido nuestra. La hemos poblado varias veces. Después de la explosión de Apu, hemos demorado cientos de miles de años en perfeccionar de nuevo nuestras máquinas, para superar la velocidad de la luz; antes de esto los viajes interplanetarios sólo se efectuaban a los planetas de nuestra galaxia, y tomaban cientos de años, mas cuando este obstáculo fue superado, la ayuda a los planetas fue aumentada también.
Cuando Zay perfeccionó métodos de desintegración e integración de la materia, fue posible efectuar viajes a la velocidad del pensamiento; entonces la ayuda a los terrícolas aumentó en muchos miles de veces. Después de que Zay volvió de la Tierra por segunda vez, los apunianos van y vienen de ella a cada minuto. La mayoría viaja para integrarse en personas. Los otros, como yo, van y observan las dificultades, regresan, planean y otra vez retornan para ayudar. Los siglos veinte y veintiuno traerán a los terrestres un enorme adelanto, pues inventarán máquinas diferentes, tales como de hablar, de ver, de volar, de reemplazar las partes del cuerpo humano, y al regreso de Zay a la Tierra, los terrestres obtendrán el poder de producir la sangre artificial que nosotros tenemos, máquinas de volar por el espacio, eliminarán el dinero de su medio de vida y vencerán a la muerte.
Los siglos próximos serán de nuestra campaña intensiva para ayudar a nuestros hermanos terrestres, pues trataremos de que no suceda el hecho caótico que has visto, y volverás a ver, en la pantalla al venir para acá.
Fuente: Todo el texto (digitado) del libro Galaxia X-9: Apu, un mundo sin dinero, escrito por Vitko Novi (Año 1976)

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