Galaxia X-9 planeta Apu
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"Un día, una nave apuniana descendió a la superficie terrestre. La Tierra en aquel entonceshabía perdido todas las condiciones de vida que había poseído cuando
era parte de su planeta madre, Apu, antes de la explosión, pero como tenía una
extensión regular y estaba iluminada por la luz del Sol, los apunianos
decidieron poblarla, para obtener nuevas experiencias en el desarrollo físico,
psíquico e intelectual de los seres en un planeta tan cercano a la fenomenal
bola de fuego que había originado la destrucción de una inmensidad del espacio.
Provocaron lluvias artificiales que bañaron la Tierra durante miles de años,
hasta que se formaron los mares, los ríos y la atmósfera.
Luego la
sembraron de plantas, personas y animales traídos de Apu; la Tierra, así, quedó
poblada y empezó su nueva vida en el espacio. Al principio, a causa de que sus
vehículos espaciales apenas alcanzaban la velocidad de la luz, y otros
impedimentos, los apunianos visitaban a los terrestres alrededor de cada mil
años, y mientras tanto la influencia negativa de los rayos solares
distorsionaba el perfecto desarrollo de seres, plantas y animales traídos de
Apu a la Tierra.
Los seres
vivientes adquirían el egoísmo, y de él provenían todos los demás efectos
negativos que degeneraban la perfección que habían tenido sus antepasados
cuando vivían en Apu. Así pasaron muchos millones de años.
Los terrícolas
habían alcanzado una civilización de conciencia egoísta, donde los seres eran
insensibles, duros y crueles, pero bastante avanzados en el aspecto técnico y
científico. Habían formado diferentes ideologías en torno de la vida, se
dividían en grupos y competían entre sí, haciendo apuestas, en los nuevos
descubrimientos científicos, por los que el mejor inventor recibía los valores
apostados y además una nueva cantidad de partidarios.
Un día sucedió
lo inesperado: dos científicos trabajaban en un laboratorio ubicado en la parte
central de la Tierra, esforzándose en descubrir un nuevo combustible de aire
para sus máquinas voladoras. Una lamentable equivocación de uno de ellos hizo
que la atmósfera se incendiara súbitamente, y todo el planeta quedó envuelto en
fuego. Las llamas se extendieron por el espacio y alcanzaron varios satélites
naturales que en aquellos tiempos tenía el planeta, quemando también sus
superficies. La Tierra quedó sin vida, sin atmósfera y se alejó
considerablemente del Sol.
Pasaron miles
de años hasta que los apunianos vinieron nuevamente a ella. Utilizando el poder
de sus máquinas del tiempo se dieron cuenta de lo que había sucedido y
empezaron otra vez el poblamiento. Bañaron la Tierra con lluvias duraderas,
hielos y otros procedimientos, hasta que formaron las condiciones necesarias
para la vida.
Trajeron
nuevamente hombres, plantas y animales, y establecieron la vida en el planeta
terrestre por segunda vez. Parecía que el planeta había ocupado una nueva
posición respecto del Sol, y que los rayos solares de diferentes combinaciones
no lo afectarían tanto en el futuro. Pasaron varios millones de siglos, y la
segunda población terrícola había avanzado muchísimo en su civilización.
Los habitantes
estaban menos afectados por los rayos solares, pero todavía existía mucha
influencia de la enfermedad egolátrica. Los bienes que se producían se
repartían sólo entre aquellos que habían participado en su producción, quedando
así una enorme cantidad de ciudadanos que no gozaban del usufructo de los
bienes, ya acaparados por los productores.
Aquella forma
de administración era inadecuada y originó una nueva lucha y competencia técnica,
negativa, peligrosa para una vida pacífica. Una noche la Tierra sufrió su
segunda catástrofe. Unos químicos que intentaban convertir los iones negativos
del espacio en combustible para sus vehículos, y así superar a sus competidores
que utilizaban para ello la energía solar en sus naves espaciales, cometieron
una equivocación durante los ensayos, y provocaron un desequilibrio en la
atmósfera. La Tierra, que hasta entonces había girado alrededor de su eje
ecuatorial, empezó a rotar alrededor de su eje Polar.
Los huracanes,
tempestades, tormentas, ciclones y torbellinos azotaron la superficie terrestre
durante novecientos treinta años, hasta que los apunianos se dieron cuenta de
estos trastornos atmosféricos y bombardeándola con iones positivos, la volvieron
positiva.
Luego, provocando tempestades y colosales tormentas, extrajeron agua de mares y océanos, que cubrían toda la superficie terrestre, y la lanzaron por el espacio hasta que la mayor parte del planeta quedó apta para la vida. Pero las tormentas habían eliminado las personas y los animales. Sólo existían algunas especies de plantas capaces de soportar el desastre y que hasta ahora se encuentran en el fondo de los mares".
Luego, provocando tempestades y colosales tormentas, extrajeron agua de mares y océanos, que cubrían toda la superficie terrestre, y la lanzaron por el espacio hasta que la mayor parte del planeta quedó apta para la vida. Pero las tormentas habían eliminado las personas y los animales. Sólo existían algunas especies de plantas capaces de soportar el desastre y que hasta ahora se encuentran en el fondo de los mares".
Fuente: Todo el
texto (digitado) del libro Galaxia X-9: Apu, un mundo sin dinero, escrito por
Vitko Novi
—¿Osea, Pedro,
que los restos de las obras humanas que se están encontrando en el fondo de los
mares y océanos es obra de los apunianos?
Vitko Novi
Vitko Novi
—Sí, Ivanka;
claro que los hay de diferentes épocas, tanto en el fondo de los mares, como en
la superficie de la Tierra; hay obras que los apunianos realizaron antes de la
formación de la galaxia solar, o sea antes de la explosión. Hay restos de la
civilización terrícola después de que la Tierra fue planeta independiente,
antes de la primera catástrofe, en que se quemó la atmósfera. También hay
dibujos y obras artísticas en los que los apunianos representaban la vida y las
costumbres de otros planetas y galaxias, que encontraban durante sus viajes por
el espacio.
Pero la mayor
parte de estas obras, objetos y dibujos que se están descubriendo, tanto en los
fondos de los mares como en la superficie terrestre, son de la época que
mediaba entre el incendio de la atmósfera y las tempestades atmosféricas. Ésa
fue una época muy avanzada, en la cual se hizo muchísimos ensayos para
diferentes adelantos.
—¿Qué pasó
después de arrojar el agua por el espacio?
—Casi lo mismo
que después del incendio: secamos una parte de la superficie terrestre y a ella
trasladamos nuevos apunianos.
—¿Y por qué
dejaron tantos mares? Casi dos terceras partes de la superficie terrestre están
cubiertas de agua...
—No quedaron
tantos mares en aquel entonces. Los océanos han aumentado después, pero de
diferente manera.
—¿Cómo ocurrió
eso, Pedro?
—La Tierra,
después de separarse de Apu por la explosión causada por el nacimiento del Sol,
al igual que Apu, quedó con innumerables grietas, vacíos y fracturas internas,
que al saturarse por la humedad o por otras causas, se resquebrajaban provocando
temblores. Varias veces la superficie se agrietaba y se hundía en diferentes
partes; y las montañas se derrumbaban. Cuando eso ocurrió en los mares,
entonces, las aguas empezaban a agitarse violentamente, como si estuvieran
hirviendo. Se desbordaban e inundaban las orillas, los campos, y a veces
provocaban hundimientos en la superficie terrestre emergida. En épocas
pretéritas, así fue como se hundió gran parte de la superficie de la Tierra.
—¿Y cuando eso
ocurrió murió mucha gente?
—Así es,
Ivanka, murieron las plantas, animales y personas que se encontraban en la
parte hundida.
—¿Cuál fue la
más grande catástrofe humana provocada por hundimientos, Pedro?
—Fue el
hundimiento de la parte de la Tierra que los terrestres llamaron Atlanta, o
Atlántida, como la llaman ahora los terrícolas.
—¿En qué parte
de la Tierra ocurrió eso?
—En el lugar
sobre el que hoy está el Océano Atlántico, y los mares que de él derivan.
—¿Quiere decir
que el mar Adriático es también producto de esa catástrofe?
—Sí, Ivanka,
así es. Son producto de aquel desastre los mares: Adriático, Egeo, Jónico, Mar
de Creta, Tirreno, Mediterráneo, mar de Irlanda, mar de las Antillas, Golfo de
México, Bahía de Hudson y tantos otros que pertenecen al Océano Atlántico.
—¿Entonces,
antes que ocurriera el desastre no había mares en esa parte de la Tierra?
—No, Ivanka.
Antes que ocurriera ese cataclismo, sólo existía lo que ustedes llaman Mar de
Barents y el Océano Ártico.
—¿¡Nada más,
Pedro!?
—Por ese lado
de la Tierra nada más; por ese lugar donde hoy está el Atlántico, como lo
llaman los terrícolas, no. Los apunianos habían dejado en el globo terráqueo,
después de la segunda catástrofe, de la cual ya hemos hablado, sólo el Océano
Pacífico, pero no tan grande como es ahora, porque allí también hubo grandes
hundimientos que ocurrieron antes que el de la Atlántida.
—¿Cómo ocurrió
eso de la Atlántida? Cuéntamelo, Pedro, ¿quieres?
—Sí, Ivanka, te
lo contaré; también lo verás luego por la pantalla de poder máximo, o pantalla
del tiempo, según la traducción en idiomas terrestres. ¿Tú sabes qué año es
ahora en la Tierra, según el calendario terrestre?
—No te puedo
asegurar, Pedro, porque he tenido varias experiencias que me han confundido,
pero creo que es 1913.
—Así es, Ivanka,
no te has confundido —subrayó el apuniano, sonriendo, luego prosiguió—: Hace ya
muchos miles de años que la Tierra sufrió un gran terremoto, como dicen
ustedes. En el interior de ella, sobre cuya superficie estaba ubicada la Atl
Anta, había un enorme vacío, una grieta que existía desde el nacimiento del
Sol. Las aguas de los ríos Atena y Greca, que corrían de norte a sur, a lo
largo de Atl Anta, penetraron por una de las grietas al centro del vacío,
ocasionando así un catastrófico terremoto.
El planeta
terrestre empezó a temblar como un copo de nieve empujado por los vientos. Allí
donde es ahora el mar que ustedes llaman Mar de Mármara, se hundió primero una
extensión de la superficie. Aquella región de la Tierra no estaba poblada
todavía y nadie se dio cuenta de que allí había aparecido una inexplicable
depresión, en cuyo fondo se concentraba el agua que llegaba allí de los ríos
Atena y Greca, a través de rajaduras internas. Catorce días después, lo mismo
ocurría con los lugares cercanos a Mármara, llamados en aquel entonces Egisa y
Adris. Estas regiones ya estaban pobladas y la adelantada civilización de la
ciudad capital Atlanta, ya había echado las raíces de sus interesantes
adelantos.
Fuente: Todo el
texto (digitado) del libro Galaxia X-9: Apu, un mundo sin dinero, escrito por
Vitko Novi (Año 1976).
—¿Osea,
Pedro, que aquella gente era la más adelantada entre los habitantes terrestres?
—Sí, Ivanka.
Atlanta era el cuarto campo de aterrizaje, según el idioma de los terrícolas,
donde fueron desembarcados los apunianos para poblar la Tierra, después de la
última catástrofe, o diluvio, y de allí se derivan todas las razas que hoy
conocemos.
—¿Cuáles
eran los otros lugares de desembarque, Pedro?
—Los
apunianos desembarcaban su gente para poblar la Tierra en varios lugares, pero
los principales fueron Atlanta, hoy sumergida, Nazca, hoy Perú, Chichén Itzá,
México y Chou—Kou—Tien, hoy China.
Millones de
años después de haberla poblado por última vez, regresamos, y encontramos que
los hombres de la ciudad de Atlanta habían desarrollado tanto su ciencia, que
sorprendían. Conocían varios adelantos que nosotros teníamos en Apu. Esos
hombres conocían la forma de concentrar los iones positivos del espacio,
practicaban la educación del pensamiento, tenían maquinarias, conocían la
fundición de minerales, tenían buques con los cuales pasaban por los mares
polares hacia el Océano Pacífico, y construían máquinas voladoras.
—¿Y por qué
no tomaron precauciones para salvarse de la catástrofe?
—Cuando
apareció el mar en los lugares que te dije, los atlantes se movilizaron, pero
todo ocurría tan deprisa que no tenían dónde huir. Trece días después de
hundirse Adris y Egisa, se hundió la gran Atlántida, que ocupaba la zona
comprendida entre los mares polares, América, Europa y África; de aquel
continente sólo quedó una pequeña isla, frente a lo que hoy es Grecia. Los
mares polares la cubrieron con sus aguas. En aquel entonces América con sus
habitantes quedó separada de Europa y África, y la civilización terrestre
perdió una de las más brillantes épocas de su adelanto.
Además de
eso, por causas originadas por aquel terremoto, la Tierra sufrió también un
cambio en su posición respecto del Sol, y ocupó en el espacio un lugar más
negativo para los seres vivientes, lo que estamos corrigiendo con bastante
esfuerzo. Hace unos cientos de años que estamos consiguiendo ciertos resultados
positivos en la corrección de aquella desviación, y creemos que en unos siglos
más, la lograremos significativamente para que los terrícolas se tornen
pacíficos y vivan fraternalmente.
—¿Han
quedado rastros de aquella civilización en algún lugar de la Tierra, Pedro?
—Sí, Ivanka,
existen restos de todas las épocas y culturas, como te dije, pues, han quedado
señales del hundimiento de Atl Anta, en Grecia, Egipto y algunos lugares del
norte de Europa; pero como están confundidas con las de épocas anteriores y
posteriores, es difícil diferenciarlas unas de otras, ya que son similares por
proceder de una misma especie (humana). Luego, por la posición negativa que la
Tierra había ocupado en el espacio respecto del Sol, los rayos solares
negativos detuvieron todos los pensamientos positivos de los hombres, y también
destruyeron restos de la Atlántida y otras civilizaciones. Mas de los atlantes
ha quedado poco en la superficie. El más importante aspecto de los adelantos de
Atlanta yace en las profundidades del Océano Atlántico y sus mares.
—¡Quién
pudiera creer que todo eso sucedió con la Tierra! —exclamó Ivanka poniéndose
pensativa. Luego prosiguió—: Oye, Pedro, tú dices que los terrestres
descendemos de los apunianos, pero algunos científicos afirman que descendemos
de animales, ¿cómo es eso?
—Los
científicos terrestres, Ivanka, son imanados por los iones positivos que
nosotros enviamos, y eso les ayuda para que se inspiren en la realidad, pero
hay obstáculos y presiones de ciertas costumbres y tradiciones terrestres que a
veces les impiden decir todo lo que captan. Como verás más adelante, cuando
apareció la vida de las células, éstas se empezaron a agrupar y organizar en
diferentes especies animales, de donde surgió una agrupación celular que formó
una especie de ser viviente, única e inconfundible, que, luego de una evolución
que duró largo tiempo, que en años se puede expresar con una cifra de uno más
quinientos ochenta y tres ceros a su derecha, resultaron ser el hombre y la
mujer de hoy... Fue un proceso interesantísimo; pero todo sucedió en Apu;
cuando regresemos del campo lo verás en la pantalla del tiempo y entonces te
explicaré todos los detalles que sucedieron en Apu al principio de la vida.
—¡Tantos
años han pasado desde la última catástrofe terrestre y nosotros aún seguimos
siendo atrasados! ¿Por qué, Pedro?
—Hubo varios
fenómenos que nos han impedido que ayudemos directamente a los terrestres en su
civilización. De esto vamos a tratar más adelante, pero uno de los principales
es la influencia negativa del Sol sobre los terrícolas, que los ha vuelto
agresivos. Cuando los visitábamos, nos agredían y nos tomaban de esclavos para
que les hiciéramos trabajos difíciles con nuestros poderes sobre la materia,
que ellos ya habían perdido.
Pasaban
cientos de miles de años y nosotros veníamos sólo una o dos veces. Pero cuando
Zay perfeccionó la desintegración e integración de la materia, aumentamos
nuestra ayuda. Luego la encarnación ha dado un magnifico y eficaz resultado.
Pronto los terrestres se tornarán pacifistas, y entonces ellos podrán vivir en
Apu y nosotros en la Tierra, según el deseo de cada uno.
—¡Por Dios,
Pedro!, ¿cómo sabes tú todo eso? —preguntó Ivanka sobrecogida.
—Nuestras
máquinas del tiempo lo dicen. Todos los apunianos lo saben; tú también lo
aprenderás, porque tendrás oportunidad de ver en la pantalla todos esos
procesos.
Ivanka calló
por un instante, asombrada por lo que veía y escuchaba. Se acordó de la sacrificada
vida terrestre, en que los seres se "comen" unos a otros para poder
seguir viviendo. Se acordó de las palabras que hacía años el pope le había
leído de la Biblia, que anunciaban el advenimiento de una vida mejor, más
fraternal, amistosa, sin miseria ni explotación, y con amor. Miró a Pedro en
los ojos y medio desconfiada de él y de sus palabras le preguntó:
—Pedro, ¿hay
en la actualidad apunianos en la Tierra?
—Claro que
sí, Ivanka, nosotros estamos desparramados por el espacio para asistir a los
que necesitan ayuda, pues éste es nuestro deber, es nuestra innata misión
positiva, por la cual se justifica nuestra existencia.
—¿Regresarán
a la Tierra los apunianos de que me hablaste antes?
—Sí, Noi ya
está en la Tierra hace varios años, encarnado en un terrícola. Posiblemente a
mediados del siglo presente se producirá un gran adelanto. Con su ayuda
positiva, una región terrestre sufrirá un cambio total y efectivo, admirable.
En cuanto a Zay, en la actualidad él está en el planeta Pi. Es posible que
alrededor de mediados del siglo veinte se encarne nuevamente en un terrícola,
para ayudar al hombre a que salga de la miseria espiritual, si los hombres
hasta entonces no se destruyen con el fuego químico producido por ellos, pues
en el curso del siglo veintiuno surgirán grandes cambios positivos en la
Tierra.
—Pedro
—interrumpió Ivanka—, dijiste hace un rato que el planeta terrestre es parte de
Apu; dime: ¿los hombres y mujeres fueron llevados a él por ustedes?
—Sí, pero
millones de años después de que fue separada de Apu; ustedes terrícolas son
parte de nosotros. Ya te dije que la Tierra también ha sido nuestra. La hemos
poblado varias veces. Después de la explosión de Apu, hemos demorado cientos de
miles de años en perfeccionar de nuevo nuestras máquinas, para superar la
velocidad de la luz; antes de esto los viajes interplanetarios sólo se
efectuaban a los planetas de nuestra galaxia, y tomaban cientos de años, mas
cuando este obstáculo fue superado, la ayuda a los planetas fue aumentada
también.
Cuando Zay
perfeccionó métodos de desintegración e integración de la materia, fue posible
efectuar viajes a la velocidad del pensamiento; entonces la ayuda a los
terrícolas aumentó en muchos miles de veces. Después de que Zay volvió de la
Tierra por segunda vez, los apunianos van y vienen de ella a cada minuto. La
mayoría viaja para integrarse en personas. Los otros, como yo, van y observan
las dificultades, regresan, planean y otra vez retornan para ayudar. Los siglos
veinte y veintiuno traerán a los terrestres un enorme adelanto, pues inventarán
máquinas diferentes, tales como de hablar, de ver, de volar, de reemplazar las
partes del cuerpo humano, y al regreso de Zay a la Tierra, los terrestres
obtendrán el poder de producir la sangre artificial que nosotros tenemos,
máquinas de volar por el espacio, eliminarán el dinero de su medio de vida y
vencerán a la muerte.
Los siglos
próximos serán de nuestra campaña intensiva para ayudar a nuestros hermanos
terrestres, pues trataremos de que no suceda el hecho caótico que has visto, y
volverás a ver, en la pantalla al venir para acá.
Fuente: Todo
el texto (digitado) del libro Galaxia X-9: Apu, un mundo sin dinero, escrito
por Vitko Novi (Año 1976)
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