¿Qué es
Nebadón?
Nebadón:
Es el
Universo donde habitamos[1]. La
Creación Personal de Jesús de Nazaret (Miguel de Nebadón)
y su Compañera La Ministra Divina[2].
Jesús
es Hijo del Hijo Eterno Paradisíaco[3]. Pertenece a la orden de Hijos Migueles[4]: corresponde al hijo número
611121[5]
358:5 La
primera acción completa de creación física en Nebadón consistió en
la organización del mundo sede central, la esfera arquitectónica de
Salvingtón, con sus satélites. Desde el momento de las acciones
iniciales de los centros del poder y los controladores físicos
hasta la llegada del personal vivo a las esferas completadas de
Salvingtón, mediaron un poco más de mil millones de años de vuestro
tiempo actual planetario. Después de la construcción de Salvingtón,
inmediatamente siguió la creación de cien mundos sede central de
las proyectadas constelaciones y de diez mil esferas sede central
de los proyectados sistemas locales de control y administración
planetaria, conjuntamente con sus satélites arquitectónicos. Tales
mundos arquitectónicos son diseñados para dar cabida tanto a las
personalidades físicas y espirituales como también a la morontia
mediadora, o estados de transición de la existencia.
359:1 Salvingtón,
la sede central de Nebadón, está situada en el centro exacto de la
masa-energía del universo local. Pero vuestro universo local no es
un único sistema astronómico, pues existe un sistema de gran tamaño
en su centro físico.
359:2 Salvingtón
es la sede personal de Miguel de Nebadón, pero no siempre se le
encuentra allí. Aunque ahora el funcionamiento armonioso de vuestro
universo local no requiera la presencia permanente del Hijo Creador
en la esfera capital, esto no fue así en las primeras épocas de la
organización física. Un Hijo Creador no puede salir de su mundo
sede central hasta el momento en que se haya estabilizado la
gravedad del reino mediante una materialización de energía
suficiente como para permitir que los distintos circuitos y
sistemas se equilibren entre sí a través de la atracción material
mutua.
Miguel de
Nebadon:
366:2 Nuestro
Hijo Creador es la personificación del concepto original 611.121 de
identidad infinita de origen simultáneo en el Padre Universal y el
Hijo Eterno. El Miguel de Nebadón es el "Hijo unigénito" que
personaliza el 611.121 concepto universal de divinidad e infinitud.
Su sede está en la triple mansión de luz en Salvingtón. Y esta
morada está así ordenada debido a que Miguel ha experimentado la
vida en las tres fases de la existencia de la criatura inteligente:
la espiritual, la moroncial y la material. Debido al nombre
asociado con su auto otorgamiento séptimo y final en Urantia, a
veces se le llama Cristo Miguel.
366:3 Nuestro
Hijo Creador no es el Hijo Eterno, el asociado existencial
paradisiaco del Padre Universal y del Espíritu Infinito. Miguel de
Nebadón no es miembro de la Trinidad Paradisiaca. Sin embargo,
nuestro Hijo Mayor posee en su reino todos los atributos y poderes
divinos que el propio Hijo Eterno manifestaría si estuviese en
realidad presente en Salvingtón y actuando en Nebadón. Miguel posee
un poder y una autoridad adicionales, por el hecho de que no sólo
personifica al Hijo Eterno sino que representa completamente, y de
hecho engloba la presencia de la personalidad del Padre Universal,
hacia este universo local y en el mismo. Más aún: representa al
Padre-Hijo. Estas relaciones hacen que un Hijo Creador sea el más
poderoso, versátil e influyente de todos los seres divinos capaces
de un gobierno directo de los universos evolucionarios y de
contacto personal con las criaturas inmaduras.
366:4 Nuestro Hijo Creador ejerce el mismo poder de atracción espiritual, la gravedad espiritual, desde la sede del universo local que ejercería el Hijo Eterno del Paraíso si estuviera presente personalmente en Salvingtón, e incluso más. Este Hijo del Universo también es la personificación del Padre Universal hacia el universo de Nebadón. Los Hijos Creadores son centros de personalidad para las fuerzas espirituales del Padre-Hijo Paradisiaco. Los Hijos Creadores son los enfoques finales de poder-personalidad de los poderosos atributos espacio-temporales de Dios el Séptuple.
367:1 El Hijo Creador es la personalización vicerregente del Padre Universal, el coordinado en divinidad con el Hijo Eterno, y el asociado creativo del Espíritu Infinito. Para nuestro universo y todos sus mundos habitados, para todos los fines y propósitos prácticos, el Hijo Soberano es Dios. Personifica a todas las Deidades del Paraíso a las que los mortales evolutivos pueden comprender con discernimiento. Este Hijo y su Espíritu asociado son vuestros padres creadores. Para vosotros Miguel, el Hijo Creador, es la suprema personalidad; para vosotros, el Hijo Eterno es supersupremo, una personalidad infinita de Deidad.
367:2 En
la persona del Hijo Creador tenemos a un gobernante y padre divino
que es tan poderoso, eficiente y benéfico como serían el Padre
Universal y el Hijo Eterno si ambos estuviesen presentes en
Salvingtón e involucrados en la administración de los asuntos del
universo de Nebadón.
El Hijo y El Espíritu
del Uuniverso:
368:1
Aunque el Espíritu Infinito penetra todos los universos
espacio-temporales, funciona desde la sede de cada universo local
como enfoque especializado que adquiere la totalidad de las
cualidades de la personalidad a través de la técnica de la
cooperación creativa con el Hijo Creador. Con respecto al universo
local la autoridad administrativa de un Hijo Creador es suprema; el
Espíritu Infinito, como Ministra Divina, es completamente
cooperativo y perfectamente coordenado.
368:2 El
Espíritu Materno del Universo en Salvingtón, la asociada de Miguel
en el control y la administración de Nebadón, pertenece al sexto
grupo de los Espíritus Supremos, siendo la número 611.121 de esa
orden. Voluntariamente ella acompañó a Miguel al liberarse él de
las obligaciones del Paraíso y desde entonces ha actuado con él en
la creación y gobierno de su universo.
368:3 El
Hijo Creador Mayor es el soberano personal de su universo, pero en
todos los detalles de su administración el Espíritu del Universo es
codirector con el Hijo. Aunque el Espíritu siempre reconoce al Hijo
como soberano y gobernante, el Hijo siempre le acuerda al Espíritu
una posición coordenada e igualdad de autoridad en todos los
asuntos del reino. En toda su obra de amor y dotación de vida el
Hijo Creador está siempre y para siempre perfectamente respaldado y
asistido competentemente por el totalmente sabio y siempre fiel
Espíritu del Universo y por el entero séquito diversificado de
personalidades angélicas de ella. Esa Ministra Divina es, en
realidad, la madre de los espíritus y de las personalidades
espirituales, la siempre presente y totalmente sabia asesora del
Hijo Creador, una manifestación fiel y verdadera del Espíritu
Infinito del Paraíso.
368:4 El
Hijo actúa como un padre en su universo local. El Espíritu, como lo
podrían entender las criaturas mortales, representa el papel de una
madre, que asiste constantemente al Hijo y es eternamente
indispensable para la administración del universo. Frente a la
insurrección solamente el Hijo y sus Hijos asociados pueden actuar
como redentores. El Espíritu no puede oponerse nunca a una rebelión
ni defender la autoridad, pero el Espíritu por siempre apoya al
Hijo en todo lo que pueda experimentar al esforzarse por
estabilizar el gobierno y mantener la autoridad en mundos
contaminados por el mal o dominados por el pecado. Sólo un Hijo
puede salvar la obra de su creación conjunta, pero ningún Hijo
puede esperar triunfar finalmente sin la cooperación incesante de
la Ministra Divina y de su vasto conjunto de asistentes
espirituales, las hijas de Dios, quienes tan fiel y valientemente
luchan por el bienestar de los hombres mortales y la gloria de sus
padres divinos.
368:5 Cuando
el Hijo Creador completa el séptimo y último auto otorgamiento en
forma de las criaturas, cesan las incertidumbres del aislamiento
periódico para la Ministra Divina, y la asistente universal del
Hijo se establece para siempre en certeza y en control. Es en la
entronización del Hijo Creador como Hijo Mayor, en el júbilo de los
júbilos, donde el Espíritu Universal ante las huestes en asamblea
reconoce públicamente y universalmente por primera vez su
subordinación al Hijo, prometiendo fidelidad y obediencia. Este
acontecimiento ocurrió en Nebadón cuando regresó Miguel a
Salvingtón después del auto otorgamiento en Urantia. Nunca antes de
esta importantísima ocasión había el Espíritu del Universo
reconocido su subordinación al Hijo del Universo; y respecto del
Hijo no puede proclamarse verídicamente, hasta después de esta
concesión voluntaria de poder y autoridad de parte del Espíritu,
que "todo el poder en el cielo y en la tierra ha sido entregado en
sus manos".
369:1 Después
de esta promesa de subordinación del Espíritu Materno Creativo,
Miguel de Nebadón noblemente reconoció su eterna dependencia de su
Espíritu acompañante, constituyéndolo en el Espíritu cogobernante
de los dominios de su universo y exigiendo que todas sus criaturas
prometan al Espíritu, la misma lealtad que prometieran al Hijo. Así
se emitió y publicó la "Proclamación de Igualdad" final. Aunque era
el soberano de este universo local, el Hijo proclamó a los mundos
el hecho de la igualdad del Espíritu con él en todas las dotes de
personalidad y atributos de carácter divino. Y esto pasa a ser el
modelo trascendental para la organización y gobierno de la familia,
aún de las más bajas criaturas de los mundos del espacio. Esto es,
en obra y en verdad, el alto ideal de la familia y de la
institución humana del casamiento voluntario.
369:2 El
Hijo y el Espíritu presiden ahora el universo en forma muy similar
a un padre y una madre que vigilan y asisten a su familia de hijos
e hijas. No está completamente fuera de lugar referirse al Espíritu
del Universo como al acompañante creativo del Hijo Creador y
considerar a las criaturas de los reinos como sus hijos e hijas. O
sea, una familia grande y gloriosa, que sin embargo exige
responsabilidades incalculables y una interminable
vigilancia.
369:3 El
Hijo inicia la creación de ciertos hijos del universo, mientras que
el Espíritu por sí solo trae a la existencia las numerosas órdenes
de personalidades del espíritu que ministran y sirven bajo la
dirección y guía de este mismo Espíritu Materno. En la creación de
otros tipos de personalidades del universo, tanto el Hijo como el
Espíritu funcionan juntos, y en ningún acto creativo hace el uno
algo sin el consentimiento y la aprobación del otro.